Cómo una dieta equilibrada puede mejorar tu bienestar
Nuestra dieta y nutrición no sólo son fundamentales para la fisiología humana y la composición corporal, sino que también tienen efectos significativos sobre el estado de ánimo y el bienestar mental.
Diversos estudios indican una fuerte relación entre una mala alimentación y el incremento de los trastornos del estado de ánimo, incluidas la ansiedad y la depresión, así como otras afecciones neuropsiquiátricas. Por otro lado, un mayor consumo de una dieta rica en frutas y verduras frescas se ha asociado con una mayor felicidad y niveles más altos de energía, salud mental y bienestar.
¿Y qué dicen los expertos?
Los especialistas en el tema reiteran que la composición, estructura y función del cerebro dependen de la disponibilidad de nutrientes apropiados, incluidos lípidos, aminoácidos, vitaminas y minerales.
Por tanto, es lógico que la ingesta y la calidad de los alimentos tengan un impacto en la función cerebral, lo que incita a que la dieta sea un objetivo clave para estimular la salud mental, el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo. Sin embargo, los expertos también hacen énfasis en que hacen falta estudios específicos y controlados de intervención dietética, que demuestren efectos directos en la salud mental, sobre todo con proyección a largo plazo.
Estas investigaciones incluso han fomentado el desarrollo de un nuevo campo de investigación llamado “Psiquiatría Nutricional”, que promete identificar qué componentes dietéticos son realmente importantes para la salud mental, incluso en las enfermedades psiquiátricas, así como para quién, bajo qué circunstancias y en qué dosis específicas estas intervenciones nutricionales tienen eficacia para prevenir y/o tratar dichas enfermedades.
Alimentación y salud mental en diferentes etapas de la vida
La adecuada calidad de nutrientes en los alimentos que ingerimos, puede contribuir a evitar el desarrollo y/o mantenimiento de los problemas de estrés, angustia, trastornos de alimentación, hiperactividad infantil y trastornos de aprendizaje, así como el deterioro cognitivo en personas mayores.
Por ejemplo, varios estudios han demostrado que la deficiencia de ácido fólico tiene efectos perjudiciales sobre el desarrollo neurológico en el útero y en la infancia, así como la falta de vitamina B12 puede generar fatiga, letargo, depresión, mala memoria y se asocia con manía y psicosis en la edad adulta.
Así también se ha informado que una dieta saludable, rica en polifenoles (un grupo de sustancias presentes en las plantas con una alta capacidad antioxidante) y ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) y suplementos nutricionales , incluidas vitaminas, ejerce efectos favorables en la salud mental, incluido el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo, la reactividad al estrés y la neuroinflamación, particularmente en condiciones asociadas con altos niveles de inflamación, por ejemplo, enfermedades hepáticas y en adultos mayores.
Aún hay mucho que conocer al respecto, y mientras los estudios nos siguen brindando más detalles sobre esta indudable relación entre una sana alimentación y una óptima salud mental, aquí te dejamos links con más información sobre el tema.
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